Peenemünde es una pequeña ciudad situada en una isla al norte de Alemania llamada Usedom, en el mar Báltico. Actualmente Usedom es un lugar turístico, muy tranquilo, con mucha vegetación, bosque por todos lados, caminos para andar en bicicleta que son muy agradables, muchas casas que se pueden alquilar para pasar allí una temporada o una noche, playas donde el agua suele ser muy fría, pero muy agradables en verano cuando la temperatura ambiente rebasa los 35 grados centígrados.
Pero Peenemünde es mucho más que eso, Peenemünde es la cuna de los cohetes, y en particular de los cohetes balísticos. Fue en la isla Usedom donde Wernher von Braun y su equipo de ingenieros y científicos hicieron pruebas que desencadenaron en el desarrollo del Aggregat 4, después cínicamente renombrado V2 (Vergeltunswaffe 2 – arma de la revancha 2), cohete que lanzaron los nazis a ciudades inglesas, belgas y francesas. Arma que sembró el terror en Londres durante segunda guerra mundial.
Además del desarrollo del V2 también se construyó en Peenemünde una fábrica donde se producían estos cohetes, para esto los nazis construyeron un campo de concentración en la isla, donde obligaban a miles de personas de distintas nacionalidades a realizar trabajos forzados, tanto para la construcción de las titánicas instalaciones requeridas para fabricar cohetes, como para fabricar las miles de piezas que se ocupaban para construir el V2.
Los trabajos de Peenemünde fueron clave para la producción en serie de los V2. El lugar principal de producción fue el campo de concentración de Mittelbau-Dora unos cuantos kilómetros al norte de la ciudad de Nordhausen, en el centro de Alemania. Se estima que murieron 20,000 prisioneros en actividades relacionadas con la construcción de los V2.
De las instalaciones donde se construían o lanzaban los V2 queda poco, y las razones son diversas. Una razón es el brutal ataque aereo lanzado en la noche del 17 al 18 de Noviembre de 1943 organizado por los británicos conocido como “operación Hydra“, que tuvo como objetivo destruir el complejo de Peenemünde. Y otra razón es que cuando terminó la guerra, en el tratado de Postdam, se estableció que lo que quedara del complejo militar de Peenemünde debía de ser destruido.
Aun con lo relativamente poco que queda del campo de pruebas, una visita a Peenemünde vale la pena para aprender un poco de historia en el lugar donde sucedieron los hechos. Lo que más vale la pena es, sin duda, la visita al museo histórico de tecnología. Este museo esta construido en los terrenos de la antigua central eléctrica de carbón de la ciudad, y en el patio de este museo están exhibidos un V1 (Fieseler Fi 103) y un V2. El museo cuenta con exposiciones permanentes y temporales. Dentro de las exposiciones permanentes esta el edificio principal de la central eléctrica, donde se puede observar la maquinaria y los diferentes sistemas eléctricos, hidráulicos, mecánicos, etc. de una central de generación eléctrica con carbón. Una exposición muy completa de la historia del complejo militar de Peenemünde, que abarca desde el complejo en Kummersdorf donde empezaron las pruebas antes de Peenemünde, la historia del “club de viajes espaciales” (Verein für Raumschiffahrt) al cual Hermann Oberth y Wernher von Braun pertenecieron, la fabricación del V2 usando a prisioneros que vivían bajo terribles condiciones en el campo de concentración, hasta el bombardeo inglés del 17/11/1943. La exposición cuenta al mismo tiempo la historia de los cohetes espaciales, ya que se puede encontrar información de científicos como Konstantin Tsiolkovsky y Robert Goddard, y también del “jefe constructor” del programa espacial soviético Sergei Korolev, por mencionar a los más relevantes. Al final de la exposición se puede ver la historia de la guerra fría, que enfrento a la Unión Soviética con Estados Unidos en la carrera espacial, que trajo muchos avances tecnológicos como el lanzamiento del primer satélite artificial (Sputnik), el primer viaje del hombre al espacio (Yuri Gagarin) y la llegada del hombre a la Luna. Además es posible también conocer el papel que jugaban algunos científicos militares que tras la rendición de los nazis fueron transportados a EUA bajo la “operación paperclip“, como el caso del mismo Wernher von Braun que jugo un papel fundamental en el programa aeroespacial y militar estadounidense durante la guerra fria, y de Walter Donberger (el jefe – Der Chef), que como dato curioso vivió su retiro en México de 1966 a 1980.
Llegar a Peenemünde es muy fácil, ya que existe una linea de tren en la cual este pequeño pueblo es la estación final. Encontrar lugar para pasar la noche en Peenemünde tampoco es problemático, ya que en la isla Usedom hay un sinfín de casas vacacionales en renta y también hay varios hoteles.
Existe un recorrido en el cuál se pueden visitar las ruinas de las principales instalaciones que formaban parte del complejo de pruebas de Peenemünde. Este recorrido en un día soleado, no muy caliente, es sumamente agradable para hacerlo en bicicleta. En la isla Usedom existen muchos locales donde se pueden rentar bicicletas en buen estado, a precio razonable (7 euros por día).
En el puerto de Peenemünde, que esta al lado del museo histórico de tecnología, se puede comer pescado de buena calidad y se puede visitar por 7 euros el submarino soviético U-461, qué es un submarino viejo y puesto ya fuera de servicio, pero interesante debido a la gran cantidad de sistemas que se pueden ver a su interior.